17 agosto, 2008

4 de abril de 1964

Sábado.-

Fue a verme Volodin al hospital, que está muy cerca de su casa, me prestó una novela y un diccionario.

Como de costumbre me dijeron que no es necesaria operación, sólo que tengo que estar siempre a dieta de grasas y alcohol.

A medio día vino a verme otro (el n+1) médico, al fin éste hombre y con barbas de chivo, con el cual me entendí mejor en latín y el cual me dió de "alta". Yo salí de allí corriendo, pues no me simpatizaba estar con los infecciosos, además de tener a un niñito con tosferina que no se cesaba de llorar; además cómo me iba a perder del Boris?

Así es que, adolorido y todo llegué al hotel, recogí los boletos y fui con Volodin al teatro.

Resultó de maravilla el Boris, ya que lo cantó Ivan Petrov, como de costumbre un repartazo, un coro fabuloso y una escenografía de maravilla (pero el dolor seguía).

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