Hoy en la mañana, me levanté temprano para ir a encontrarme con Hana xxxx; me fui a pie hasta la clínica y allí vi a Hana, una simpática rubia, con la cual charlé unos 5 minutos y quedé de llamarla el domingo a las 14 hrs.
Después regresé al hotel, desayuné y subí a esperar en mi habitación una llamada, pero mientras hice una siesta de unas dos horas; después me levanté y fui al xxx, donde compré un abrigo en 63r. y un paquete de detergente ASTRA.
Regresé a comer, y después fui al museo de Pushkin en donde admiré solo durante una hora y media parte de la magnífica colección de pinturas y reliquias de la antigua Grecia y de Egipto; espero volver otra vez, cuando menos para comprar algunas reproducciones fotográficas.
Saliendo de allí, sumamente cansado, me dirigí al hotel en autobús, para tomar un té, pero en el café me encontré con un ruso comunista, con el cual estuve charlando por más de 3 hrs, y entre los dos nos tomamos botella y media de vino blanco, además de saborear unos deliciosos cigarrillos moscovitas (y decías que te chocaba el cigarro(!?) y míralo, fumándote tus cigarrillos jajajaja, no cabe duda que cuando se hacen padres o se hacen muy conscientes o muy hipócritas --Nefer mind--). Además, este individuo me consiguió una cita para mañana, con una xxx xxxx, llamada Lara, a las 11.15 hrs salimos del café y nos despedimos.
A este fulano le regalé la cartera que me dió Rosita. Y ahora hasta mañana.
29 abril, 2008
24 abril, 2008
24 de Marzo de 1964
Martes.-
Me desperté temprano, cosa rara, me bañé calmadamente, me afeité, etc., y bajé a esperar a Bragxxx, a las 10:30; fuimos al Insituto de estudio de las relaciones con los países Latinoamericanos, en el cual estuve charlando un poco con varias personas, quienes se mostraron algo sorprendidas de que estuviera solo en Moscú, de que prefiriera deambular sin guía, y de que pagara absolutamente todo mi viaje.
También me preguntaron ¡vaya pregunta!, si me alcanzaba para vivir mi sueldo: si me alcanza para viajar a la URSS... si tenía coche, etc.
En fin, me hicieron varias preguntas con relación a mi país, mostrándose algo desconcertados debido a que mis respuestas siempre fueron totalmente favorables a mi amada Patria y a los esfuerzos de nuestro gobierno para lograr el máximo ritmo en el desarrollo total del país. (aquí si te azotaste jajajaja)
Desde luego que siguiendo el ejemplo de nuestro digno presidente, no contesté las preguntas que me parecieron impropias.
Bueno, salimos de allí y nos dirigimos hacia la galería Tritikov, en donde compré dos series de reproducciones de algunas de estas famosas pinturas, es una lástima que no haya transparencias, y tomar fotos resulta imposible, por la enorme afluencia de público que hay todos los días y a toda hora.
¡Ah! se me pasaba decir que al salir del Instituto a que hice referencia, se desató una nevada primaveral, que ha sido la primera que veo en mi vida; algo verdaderamente hermoso, hasta que la nieve, al fundirse en el piso, por el efecto del paso de transeúntes y vehículos, forma un fango muy molesto.
A este respecto hay mucho que decir: aquí en Moscú, en invierno, se desarrolla una lucha constante contra la nieve, pues élla se empeña en caer y llegar las calles, y el cuerpo de limpia moscovita (constituido por mujeres que palean la nieve hasta formar montones y hombres a bordo de unas modernas e ingeniosas máquinas que se ocupan de recoger la nieve de esos montones), se empeña en levantarla y limpiar las calles; y ésto todos los días.
Pero yo no he visto todavía ningún congestionamiento causado por la nieve. Saliendo de la galeria de Tritikov, nos dirigimos hacia el Kremlin, del cuál visitamos los patios sólamente (por el poco tiempo disponible, pero pienso arreglar con la agencia una visita en forma), en los cuales se pueden admirar tres iglesias, de arquitectura oriental, la enorme campana del Zar, que pesa 200 toneladas y el cañón del Zar.
Salimos del Kremlin y nos dirigimos al café del hotel a comer; comimos un delicioso pescado, que es una variedad de salmón y se llama Cënza xxxx; después, el indispensable XXXXX XXXX (pan relleno de carne) y XXX XXXX XXXX (carne especial con salsa "picante"); desde luego todo éllo, como le gusta a Borogr, rociado con abundante cognac (pues no hubo vodka).
Terminada la comida, subí a dormir una siesta; desperté y me dirigí a visitar a mi amigo Alik (nombrecito ¿eh?) a su habitación, pero lo encontré ya camino al restorán, en donde tomamos té; le obsequié una cajilla cigarrera y el me dió a cambio la suya, que es de Tallin (XXXX).
Después del café, él tuvo que salir y yo, para distraerme un poco tomé un taxi y fui hasta las afueras de Moscú, desde donde a base de preguntar, me regresé al hotel en dos trolebuses, pero en el sitio del transbordo fui a curiosear la pista de patinaje que está en el Kacok, en donde está la exposición de Realizaciones Económicas, el cine con pantalla circular, etc; LO QUE TENGO QUE VER.
Después llegué al hotel, merendé en compañía de un moscovita que para variar no sabía español, y ahora a dormir. (pues qué esperabas, si estabas en Rusia jajajaja)
Me desperté temprano, cosa rara, me bañé calmadamente, me afeité, etc., y bajé a esperar a Bragxxx, a las 10:30; fuimos al Insituto de estudio de las relaciones con los países Latinoamericanos, en el cual estuve charlando un poco con varias personas, quienes se mostraron algo sorprendidas de que estuviera solo en Moscú, de que prefiriera deambular sin guía, y de que pagara absolutamente todo mi viaje.
También me preguntaron ¡vaya pregunta!, si me alcanzaba para vivir mi sueldo: si me alcanza para viajar a la URSS... si tenía coche, etc.
En fin, me hicieron varias preguntas con relación a mi país, mostrándose algo desconcertados debido a que mis respuestas siempre fueron totalmente favorables a mi amada Patria y a los esfuerzos de nuestro gobierno para lograr el máximo ritmo en el desarrollo total del país. (aquí si te azotaste jajajaja)
Desde luego que siguiendo el ejemplo de nuestro digno presidente, no contesté las preguntas que me parecieron impropias.
Bueno, salimos de allí y nos dirigimos hacia la galería Tritikov, en donde compré dos series de reproducciones de algunas de estas famosas pinturas, es una lástima que no haya transparencias, y tomar fotos resulta imposible, por la enorme afluencia de público que hay todos los días y a toda hora.
¡Ah! se me pasaba decir que al salir del Instituto a que hice referencia, se desató una nevada primaveral, que ha sido la primera que veo en mi vida; algo verdaderamente hermoso, hasta que la nieve, al fundirse en el piso, por el efecto del paso de transeúntes y vehículos, forma un fango muy molesto.
A este respecto hay mucho que decir: aquí en Moscú, en invierno, se desarrolla una lucha constante contra la nieve, pues élla se empeña en caer y llegar las calles, y el cuerpo de limpia moscovita (constituido por mujeres que palean la nieve hasta formar montones y hombres a bordo de unas modernas e ingeniosas máquinas que se ocupan de recoger la nieve de esos montones), se empeña en levantarla y limpiar las calles; y ésto todos los días.
Pero yo no he visto todavía ningún congestionamiento causado por la nieve. Saliendo de la galeria de Tritikov, nos dirigimos hacia el Kremlin, del cuál visitamos los patios sólamente (por el poco tiempo disponible, pero pienso arreglar con la agencia una visita en forma), en los cuales se pueden admirar tres iglesias, de arquitectura oriental, la enorme campana del Zar, que pesa 200 toneladas y el cañón del Zar.
Salimos del Kremlin y nos dirigimos al café del hotel a comer; comimos un delicioso pescado, que es una variedad de salmón y se llama Cënza xxxx; después, el indispensable XXXXX XXXX (pan relleno de carne) y XXX XXXX XXXX (carne especial con salsa "picante"); desde luego todo éllo, como le gusta a Borogr, rociado con abundante cognac (pues no hubo vodka).
Terminada la comida, subí a dormir una siesta; desperté y me dirigí a visitar a mi amigo Alik (nombrecito ¿eh?) a su habitación, pero lo encontré ya camino al restorán, en donde tomamos té; le obsequié una cajilla cigarrera y el me dió a cambio la suya, que es de Tallin (XXXX).
Después del café, él tuvo que salir y yo, para distraerme un poco tomé un taxi y fui hasta las afueras de Moscú, desde donde a base de preguntar, me regresé al hotel en dos trolebuses, pero en el sitio del transbordo fui a curiosear la pista de patinaje que está en el Kacok, en donde está la exposición de Realizaciones Económicas, el cine con pantalla circular, etc; LO QUE TENGO QUE VER.
Después llegué al hotel, merendé en compañía de un moscovita que para variar no sabía español, y ahora a dormir. (pues qué esperabas, si estabas en Rusia jajajaja)
20 abril, 2008
23 de marzo de 1964
Lunes.-
Me despertó una llamada equivocada a las 9 hrs y me volvió a despertar el teléfono a las 10 horas, pero esta vez era Borogr, quien me avisó que tenía que estar en su casa a las 16 hrs, para ir al xxxxx; todo modorro volví a la cama, y seguí allí, embobado, más o menos hasta las 11 hrs.
Salí a la calle, sin desayunar por falta de ganas, fui por el rollo revelado en blanco y negro y después me dirigí a la clínica de la Corxxx xx., en donde por fín pude concertar una cita para ver a la famosa xxx xxxx, pasado mañana.
De allí regresé a la xxx xxxx. en autobús; después de preguntarle a una güera cuál debía tomar, luego me dirigí de nuevo al Zxxx donde compré la muñeca que me encargó el Sr. Tiburcio, y un Xommadur para Carlos, además de un rollo para la cámara )ruso, claro= y unos calcetines, con una dama que me regañó, pero como lo hizo en ruso, no le entendí y ¡ya!.
Regresé al hotel, comí y me dirigí a la casa de los Cxxxxx, de donde salieron Beaxxxx y yo hacia el estadio del ejército) para xxxx, digamos "cancha"), pero antes de tomar el tranvía nos echamos al coleto una cerveza rusa cada uno.
Desde luego, nunca había visto un juego de este deporte, que es sumamente veloz y muy rudo; me dejó asombrado, y tomé tres fotos (a ver si salen).
De allí salimos bajo una ligera escarcha, y después de caerme por primera vez en Moscú (y esperamos que sea la última) a causa de la nieve, me llevó Geaxxxx a la estancia del metro más cercano, en donde tomé el metro que me llevó a "casa".
Y ahora, después de cenar estoy terminando de escribir las memorias de este día, son las 23:23 hrs; en México son apenas las 17:23.
(jugaron: Ejército vs. Locomotiv y quedaron 4-1)
Me despertó una llamada equivocada a las 9 hrs y me volvió a despertar el teléfono a las 10 horas, pero esta vez era Borogr, quien me avisó que tenía que estar en su casa a las 16 hrs, para ir al xxxxx; todo modorro volví a la cama, y seguí allí, embobado, más o menos hasta las 11 hrs.
Salí a la calle, sin desayunar por falta de ganas, fui por el rollo revelado en blanco y negro y después me dirigí a la clínica de la Corxxx xx., en donde por fín pude concertar una cita para ver a la famosa xxx xxxx, pasado mañana.
De allí regresé a la xxx xxxx. en autobús; después de preguntarle a una güera cuál debía tomar, luego me dirigí de nuevo al Zxxx donde compré la muñeca que me encargó el Sr. Tiburcio, y un Xommadur para Carlos, además de un rollo para la cámara )ruso, claro= y unos calcetines, con una dama que me regañó, pero como lo hizo en ruso, no le entendí y ¡ya!.
Regresé al hotel, comí y me dirigí a la casa de los Cxxxxx, de donde salieron Beaxxxx y yo hacia el estadio del ejército) para xxxx, digamos "cancha"), pero antes de tomar el tranvía nos echamos al coleto una cerveza rusa cada uno.
Desde luego, nunca había visto un juego de este deporte, que es sumamente veloz y muy rudo; me dejó asombrado, y tomé tres fotos (a ver si salen).
De allí salimos bajo una ligera escarcha, y después de caerme por primera vez en Moscú (y esperamos que sea la última) a causa de la nieve, me llevó Geaxxxx a la estancia del metro más cercano, en donde tomé el metro que me llevó a "casa".
Y ahora, después de cenar estoy terminando de escribir las memorias de este día, son las 23:23 hrs; en México son apenas las 17:23.
(jugaron: Ejército vs. Locomotiv y quedaron 4-1)
15 abril, 2008
22 de marzo de 1964
Hoy ha sido un día extraordinario, el tiempo estuvo templado, sin viento, xxxxx (en ruso); además del clima, han venido por mi mis amigos Tamara y Borogr y me han llevado a dos museos magníficos:
El primero, "el paisaje" de la batalla librada contra Napoleón aquí en las afueras de Moscú; trataré de describir mis impresiones.
Llegamos en taxi a un edificio moderno, de dos alas, teniendo en el centro un cuerpo con forma de cilindro.
Yo me imaginaba que se trataría de un mirador, desde el cuál se podía admirar el escenario real de dicho combate, pero continuando más o menos cronológicamente, después de entrar con gran trabajo al edificio por la enorme cantidad de gente que esperaba fuera, dejamos nuestra indumentaria de abrigo en el guardarropas y guiados por Tamara nos dirigimos a una de las alas del edificio, en la cual se encuentra una pequeña galería de pintura, así ocmo algunos trofeos tomados a las tropas napoleónicas, tales como banderas, armas, etc; aquí se encuentran cuadros de indudable valor artístico, todos ellos alusivos a dicha batalla; de aquí y después de escuchar atentamente, aucnque sin comprender nada, a una de las guías (desde luego yo fui el que no comprendió), pasamos al cuerpo cilíndrico del edificio, en donde despúes de subir una pequeña escalera, nos encontramos con algo inusitado:
En el centro del cilindro se encuentra un pasillo circular, y rodeando a éste, un hermoso mural que remata en la parte superior de la cúpula, pero además de la magnífica calidad, buena técnica pictórica e iluminación completamente adecuada, está ambientado con un escenario plástico fabuloso: entre la barandilla del pasillo y el mural, se encuentra una parte del campo de batalla, con cañones destrozados "isbas" que dan la sensación de estar ardiendo todavía, restos de armamentos, ropa, cercas, balas, todo lo cual hace sentir a uno que está en el centro mismo del combate. Realmente tenía deseos de saltar por el efecto tan favorable que hizo en mí; tomé unas transparencias, con la esperanza de que salga un poquito de esta maravilla. Después pasamos a otra galería semejante a la primera, también con cuadros que me gustaron mucho y salimos de allí.
Entonces nos dirigimos a "kafe" de autoservicio, en el cual tomamos un bocadillo y de allí en trolebús, nos dirigimos a la famosa galería Tritivovskaia (xxxxxxxxx ruso), en la cual estuvimos dos horas y media admirando la obra de los pintores rusos, sobre todo pre-revolucionarios, como Ubarob, Ze (estas dos palabras contienen caracteres rusos), y ¡tantos otros!; me gustaron mucho algunos de estos cuadros, pero el que más me impresionó es el que representa a Ivan el Terrible dando muerte a su hijo, pues es hasta morboso, por el realismo del mirable con que está hecho; esos ojos de Iván son para no olvidarse nunca de éllos.
Acerca de este cuadro y sus efectos, me platicó Tamara que un individuo no soportó la impresión y rompió la tela, junto con el cristal que la cubre, tardándose cerca de un año en restaurar la pintura. De los cuadros de pintores contemporáneos, francamente ninguno me causó un entusiasmo exagerado.
Bueno, salimos de allí y nos dirigimos a nuestros respectivos alojamientos, claro está que yo les agradecí debidamente la atinada elección de los sitios a visitar y todas sus amabilidades a los esposos Cxxxxx.
Llegué al hotel y me subí a mi cuarto; después me aburrí y salí al corredor, donde una joven estaba escuchando la radio; sin más ni más me apersoné junto a ella y nos pusimos a charlar en ruso, un largo rato; después me despedí de ella como a las 23:45 y en eso mi amigo de Leningrado se presentó y me invitó a su habitación, en la cual ya estaban varios amigos y amigas suyos; con todos ellos me puse a platicar y resultó un estudiante de canto uno de dichos muchachos; cantamos hasta las 1:00hrs, hora a la cuál llamaron de la administración del hotel para mandarnos a dormir.
El primero, "el paisaje" de la batalla librada contra Napoleón aquí en las afueras de Moscú; trataré de describir mis impresiones.
Llegamos en taxi a un edificio moderno, de dos alas, teniendo en el centro un cuerpo con forma de cilindro.
Yo me imaginaba que se trataría de un mirador, desde el cuál se podía admirar el escenario real de dicho combate, pero continuando más o menos cronológicamente, después de entrar con gran trabajo al edificio por la enorme cantidad de gente que esperaba fuera, dejamos nuestra indumentaria de abrigo en el guardarropas y guiados por Tamara nos dirigimos a una de las alas del edificio, en la cual se encuentra una pequeña galería de pintura, así ocmo algunos trofeos tomados a las tropas napoleónicas, tales como banderas, armas, etc; aquí se encuentran cuadros de indudable valor artístico, todos ellos alusivos a dicha batalla; de aquí y después de escuchar atentamente, aucnque sin comprender nada, a una de las guías (desde luego yo fui el que no comprendió), pasamos al cuerpo cilíndrico del edificio, en donde despúes de subir una pequeña escalera, nos encontramos con algo inusitado:
En el centro del cilindro se encuentra un pasillo circular, y rodeando a éste, un hermoso mural que remata en la parte superior de la cúpula, pero además de la magnífica calidad, buena técnica pictórica e iluminación completamente adecuada, está ambientado con un escenario plástico fabuloso: entre la barandilla del pasillo y el mural, se encuentra una parte del campo de batalla, con cañones destrozados "isbas" que dan la sensación de estar ardiendo todavía, restos de armamentos, ropa, cercas, balas, todo lo cual hace sentir a uno que está en el centro mismo del combate. Realmente tenía deseos de saltar por el efecto tan favorable que hizo en mí; tomé unas transparencias, con la esperanza de que salga un poquito de esta maravilla. Después pasamos a otra galería semejante a la primera, también con cuadros que me gustaron mucho y salimos de allí.
Entonces nos dirigimos a "kafe" de autoservicio, en el cual tomamos un bocadillo y de allí en trolebús, nos dirigimos a la famosa galería Tritivovskaia (xxxxxxxxx ruso), en la cual estuvimos dos horas y media admirando la obra de los pintores rusos, sobre todo pre-revolucionarios, como Ubarob, Ze (estas dos palabras contienen caracteres rusos), y ¡tantos otros!; me gustaron mucho algunos de estos cuadros, pero el que más me impresionó es el que representa a Ivan el Terrible dando muerte a su hijo, pues es hasta morboso, por el realismo del mirable con que está hecho; esos ojos de Iván son para no olvidarse nunca de éllos.
Acerca de este cuadro y sus efectos, me platicó Tamara que un individuo no soportó la impresión y rompió la tela, junto con el cristal que la cubre, tardándose cerca de un año en restaurar la pintura. De los cuadros de pintores contemporáneos, francamente ninguno me causó un entusiasmo exagerado.
Bueno, salimos de allí y nos dirigimos a nuestros respectivos alojamientos, claro está que yo les agradecí debidamente la atinada elección de los sitios a visitar y todas sus amabilidades a los esposos Cxxxxx.
Llegué al hotel y me subí a mi cuarto; después me aburrí y salí al corredor, donde una joven estaba escuchando la radio; sin más ni más me apersoné junto a ella y nos pusimos a charlar en ruso, un largo rato; después me despedí de ella como a las 23:45 y en eso mi amigo de Leningrado se presentó y me invitó a su habitación, en la cual ya estaban varios amigos y amigas suyos; con todos ellos me puse a platicar y resultó un estudiante de canto uno de dichos muchachos; cantamos hasta las 1:00hrs, hora a la cuál llamaron de la administración del hotel para mandarnos a dormir.
08 abril, 2008
21 de marzo de 1964
Fui a arreglar con la agencia una visita a toda la ciudad, para la cual me enviaron al hotel a una simpática guía y a un taxi. Visitamos la piscina, el Kremlin (desde afuera), y por el CRGOXXXX XXX fuimos a la universidad Dlopey Hanku, al barrio sur-oeste, de casas-habitación y por el Koxxxxx xxxxx fuimos a otro barrio en construcción en donde pude ver que todavía quedan algunas (muy pocas) casas habitación de madera; de allí fuimos a la piscina abierta y regresamos al hotel.
Es de hacerse notar lo bien vestidas que andan las mujeres, casi todas con abrigos de pieles y sombreros como ya los quisieran nuestras"snobs" asistentes a las funciones de gala de la ópera.
¡Y quién dijo que todas las rusas eran gordas! Hay muchísimas y muy guapas muchachas, tantas que me es imposible decidirme a escoger a una de éllas, rubias, de pelo castaño claro, de pelo negro, con ojos azules, verdes y no sé si hasta rojos y amnaranjados, pues es tanta la variedad, que no he podido observarlas a todas.
Y de las extremidades... bueno... ¡en fin, son todas ellas fabulosas!
Por la tarde me salí a deambular, fui a la xxxxx para comprar música y como es de suponerse, compré Boris Gadunov y algunas arias que no conozco, pero que me parecieron buenas.
Después me aventuré en el metro, por seguir a una hermosa moscovita la cual desafortunadamente se me perdió (no importa, ya seguiré a otra), pero que constituyó el pretexto para subirme a este maravilloso tren subterráneo en el cual llegué al azar hasta en fin de su ruta; me bajé como si supiera donde me encontraba y salí a la calle, en donde me paré muy serio, como esperando un trolebús pero más desorientado que Napoleón en la Candelaria de los Patos, hasta que le pregunté a un jóven cómo ir al Kxxxxx xxxx, y me indicó que tomara el metro de regreso y me pasara hasta la Universidad.
Y he aquí que atravesé todo Moscú por abajo, llegué a la Universidad, pregunté a otro jóven, tomé el xxx 28, me bajé en xxx, le pregunté a una simpática muchacha y llegué con toda felicidad al departamento de los Suárez, quienes no estuvieron. Les dejé un recado con un joven que llegó, acompañado de una fabulosa rubia y salí de nuevo a la calle. Regresé en trolebús a la estación del metro y de allí otra vez hacia XXXX, sólo que me pasé una estación, regresé, descendí del metro y me hice un lío tremendo con escaleras automáticas, pasillos, túneles y estaciones, por más de 30 min, hasta que al fin pude salir junto al xxx xxx. Subí a mi habitación sin ganas de cenar, por lo cansado y me puse a hojear mi música antes de dormir, pero de repente empezó a sonar una alegre música en este piso del hotel, a tan elevado volúmen que me vestí y salí a ver que pasaba:
nada, la abuela que atiende el teléfono estaba feliz escuchando la radio. Al verme me ofreció té (sin azúcar) para desagraviarme, y me puse a platicar con ella (en ruso, claro), hasta que llegó un joven y se sentó junto conmigo a escuchar la música (¡qué remedio!) pero empezamos a charlar en ruso (es de Leningrado), hicimos intercambio de cigarrillos y después escuchamos un concierto por la radio, con del Mónaco y la Tebaldi; y ahora éramos nosotros los que no dejábamos dormir... hasta que a la 1:00 hrs terminó el programa y xxxxxx (expresión en ruso, aún no hallo la forma de bajar fuentes rusas manuscritas).
Es de hacerse notar lo bien vestidas que andan las mujeres, casi todas con abrigos de pieles y sombreros como ya los quisieran nuestras"snobs" asistentes a las funciones de gala de la ópera.
¡Y quién dijo que todas las rusas eran gordas! Hay muchísimas y muy guapas muchachas, tantas que me es imposible decidirme a escoger a una de éllas, rubias, de pelo castaño claro, de pelo negro, con ojos azules, verdes y no sé si hasta rojos y amnaranjados, pues es tanta la variedad, que no he podido observarlas a todas.
Y de las extremidades... bueno... ¡en fin, son todas ellas fabulosas!
Por la tarde me salí a deambular, fui a la xxxxx para comprar música y como es de suponerse, compré Boris Gadunov y algunas arias que no conozco, pero que me parecieron buenas.
Después me aventuré en el metro, por seguir a una hermosa moscovita la cual desafortunadamente se me perdió (no importa, ya seguiré a otra), pero que constituyó el pretexto para subirme a este maravilloso tren subterráneo en el cual llegué al azar hasta en fin de su ruta; me bajé como si supiera donde me encontraba y salí a la calle, en donde me paré muy serio, como esperando un trolebús pero más desorientado que Napoleón en la Candelaria de los Patos, hasta que le pregunté a un jóven cómo ir al Kxxxxx xxxx, y me indicó que tomara el metro de regreso y me pasara hasta la Universidad.
Y he aquí que atravesé todo Moscú por abajo, llegué a la Universidad, pregunté a otro jóven, tomé el xxx 28, me bajé en xxx, le pregunté a una simpática muchacha y llegué con toda felicidad al departamento de los Suárez, quienes no estuvieron. Les dejé un recado con un joven que llegó, acompañado de una fabulosa rubia y salí de nuevo a la calle. Regresé en trolebús a la estación del metro y de allí otra vez hacia XXXX, sólo que me pasé una estación, regresé, descendí del metro y me hice un lío tremendo con escaleras automáticas, pasillos, túneles y estaciones, por más de 30 min, hasta que al fin pude salir junto al xxx xxx. Subí a mi habitación sin ganas de cenar, por lo cansado y me puse a hojear mi música antes de dormir, pero de repente empezó a sonar una alegre música en este piso del hotel, a tan elevado volúmen que me vestí y salí a ver que pasaba:
nada, la abuela que atiende el teléfono estaba feliz escuchando la radio. Al verme me ofreció té (sin azúcar) para desagraviarme, y me puse a platicar con ella (en ruso, claro), hasta que llegó un joven y se sentó junto conmigo a escuchar la música (¡qué remedio!) pero empezamos a charlar en ruso (es de Leningrado), hicimos intercambio de cigarrillos y después escuchamos un concierto por la radio, con del Mónaco y la Tebaldi; y ahora éramos nosotros los que no dejábamos dormir... hasta que a la 1:00 hrs terminó el programa y xxxxxx (expresión en ruso, aún no hallo la forma de bajar fuentes rusas manuscritas).
07 abril, 2008
20 de marzo de 1964
Hoy me levanté temprano, desayuné y salí a la calle a deambular un poco y además para mandar revelar el rollo blanco y negro (ésto último con muchas dificultades, pues no me lo querían revelar en la foto de la Intourist, hasta que al fin se quedó con 17 k).
Andaba yo vagando cuando repasé en la programación del xxxxxxx, en la cual vi nada menos que ¡Rigoletto y Aída! Rápido como mosco vital (más que centella), me regresé a apartar mis boletos, encontrándome una empleada que ¡lotería! habla español. Así es que 26 y 31 a la ópera.
También hoy en la mañana vino una empleada de la Intourist, a buscarme para planear las visitas; por lo tanto a ver si desde mañana me pongo a "trabajar".
Otra cosa sobresaliente, que hoy por vez primera desde que estoy en Moscú, se me ocurrió comer caviar (por cierto me hizo daño).
Por la noche fui a dejarle su libro a la Sra. Alegría, con lo cual tuve oportunidad de conocer a una familia española de Moscú. Son muy simpáticos; por primera vez ví la TV Moscovita, rarísima, sin un solo anuncio (y todo en ruso).
Andaba yo vagando cuando repasé en la programación del xxxxxxx, en la cual vi nada menos que ¡Rigoletto y Aída! Rápido como mosco vital (más que centella), me regresé a apartar mis boletos, encontrándome una empleada que ¡lotería! habla español. Así es que 26 y 31 a la ópera.
También hoy en la mañana vino una empleada de la Intourist, a buscarme para planear las visitas; por lo tanto a ver si desde mañana me pongo a "trabajar".
Otra cosa sobresaliente, que hoy por vez primera desde que estoy en Moscú, se me ocurrió comer caviar (por cierto me hizo daño).
Por la noche fui a dejarle su libro a la Sra. Alegría, con lo cual tuve oportunidad de conocer a una familia española de Moscú. Son muy simpáticos; por primera vez ví la TV Moscovita, rarísima, sin un solo anuncio (y todo en ruso).
04 abril, 2008
19 de marzo de 1964
Me levanté tarde según mi costumbre, me bañé, me desayuné y prácticamente perdí toda la mañana en enviar as postales a los amigos.
Después tomé mi portafolio con los cigarrillos y demás objetos para la familia xxxxx y tomé un taxi el cuál me dejó en el xxx xxxxxx xxxx. Pero he aquí que me encuentro con la puerta cerrada; verifico la dirección y es la correcta; entonces me pongo como loquito a observar las casas antiguas, de tan sospechosa manera que dos militares se acercaron a preguntarme qué buscaba, pero tanto ellos como yo nos quedamos en la luna, pues no comprendimos nada. Por lo tanto y para disimular, fui a hacerme como el tío lolo a un parquecito que está detrás del edificio, en donde tomé algunas fotos; después regresé a la dichosa puerta, pero como seguía cerrada, me aventuré a preguntarle a un transeúnte, el cual me indicó que se entraba por el otro lado del edificio, así es que por fin, y después de otra vana tentativa me dirigí a la entrada correcta, de la cual, para verificarla, salió Caxxx con su perro.
Entonces me dirigí hacia la kbxxxxx 10, en donde me encontré con Borogr. Le dí a él sus cigarrillos y su tequila, a la abuela unos aretes, así como a la hija. Y después de esperar un largo rato, tratando de ayudarle a Borogr en su trabajo, llegó Tamara, y ya todos juntos empezamos a celebrar el gxx xxx de la pobre abuela, que fue la que menos se divirtió. Entre Borogr y yo nos tomamos una botella de vodka y una de tequila, en fin, estuvimos muy animados cantando y bailando tanto twist como danzas gitanas.
Hasta que al fin, a las 0:05 horas, me fueron a dejar al mpxxxx 20, en el cual llegué hasta una cuadra de la cbxxx., de allí al hotel y hasta mañana.
p.s.- La abuela brindó por mi familia en términos muy sentidos.
Después tomé mi portafolio con los cigarrillos y demás objetos para la familia xxxxx y tomé un taxi el cuál me dejó en el xxx xxxxxx xxxx. Pero he aquí que me encuentro con la puerta cerrada; verifico la dirección y es la correcta; entonces me pongo como loquito a observar las casas antiguas, de tan sospechosa manera que dos militares se acercaron a preguntarme qué buscaba, pero tanto ellos como yo nos quedamos en la luna, pues no comprendimos nada. Por lo tanto y para disimular, fui a hacerme como el tío lolo a un parquecito que está detrás del edificio, en donde tomé algunas fotos; después regresé a la dichosa puerta, pero como seguía cerrada, me aventuré a preguntarle a un transeúnte, el cual me indicó que se entraba por el otro lado del edificio, así es que por fin, y después de otra vana tentativa me dirigí a la entrada correcta, de la cual, para verificarla, salió Caxxx con su perro.
Entonces me dirigí hacia la kbxxxxx 10, en donde me encontré con Borogr. Le dí a él sus cigarrillos y su tequila, a la abuela unos aretes, así como a la hija. Y después de esperar un largo rato, tratando de ayudarle a Borogr en su trabajo, llegó Tamara, y ya todos juntos empezamos a celebrar el gxx xxx de la pobre abuela, que fue la que menos se divirtió. Entre Borogr y yo nos tomamos una botella de vodka y una de tequila, en fin, estuvimos muy animados cantando y bailando tanto twist como danzas gitanas.
Hasta que al fin, a las 0:05 horas, me fueron a dejar al mpxxxx 20, en el cual llegué hasta una cuadra de la cbxxx., de allí al hotel y hasta mañana.
p.s.- La abuela brindó por mi familia en términos muy sentidos.
03 abril, 2008
18 de marzo de 1964
Escribo hasta ahora (son las 22:22 hrs), por el cúmulo de nuevas emociones que he tenido.
Por la tarde de ayer fui a buscar a una de las amigas del Lic. Ponce: NuXXX XXXXXX, la cual no estuvo; pero eso no fue lo más sobresaliente; ésto fue que como hasta ese entonces caminaba siempre a pie, me sucedió lo que sigue: (creo que aquí cantinfleaste de lo lindo)
Salí del hotel, aburrido como hasta entonces, me dirigí a un kiosco de periódicos y le pregunté al dependiente por la calle CoXXX, a lo que me contestó que no estaba demasiado lejos, dándome a continuación las señas. Resueltamente emprendí la marcha, llevando conmigo el disco para dárselo a HUXX. Pero como Moscú no es una ciudad trazada funcionalmente, sino que, como toda ciudad antigua, tiene muchos vericuetos, llegué por fin a la CoXXX yx después de dar un largo rodeo y preguntar a otras dos transeúntes. Ya en la policlínica habllé con un viejo y desdentado portero, al cual, por su condición, no le comprendí gran cosa, solamente que no conocía a Kxxx; por lo tanto emprendí el regreso, nada más que se me ocurrió cortar camino, pues había yo rodeado antes casi hasta la Universidad DlopeX Hayku.
Y he aquí lo curioso, pues de regreso de pronto me encontré al frente con la dichosa universidad; rectifiqué el rumbo infinidad de veces, sin resultado, y no quería preguntar porque yo sabía que estaba muy cerca de la Cbxxx ne., hasta que después de aproximadamente 40 mins. de sufrimiento me di cuenta de que le había estado dando la vuelta a una manzana; entonces, serena y cansadamente me paré en una esquina, hice acopio de orientación y memoria, hasta que recordé el rumbo por el cual se va a la Cbepgeoba Ne., la cual efectivamente está a unos pasos del lugar en que me encontraba.
Como es de imaginarse, llegué cansadísimo y con pésimo humor al hotel, donde apenas llegando me recosté. Desperté al cabo de un par de horas, y no hallando en qué ocuparme, me decidí a buscar a Tamara.
Salí, tomé un taxi y al hablar con el chofer, empecé a reconciliarme con el pueblo ruso.
El chofer no sabía exactamente donde se halla la calle donde viven los CuXXX (?), por lo tanto, a cuanto fulano veía en la calle, le gritaba bajándose del auto: ¡CkaXXXXX XXX, XXX XXX... etc! (ruso).
Así es que después de muchas vicisitudes llegamos a una casa de apartamientos; le paqué los 2 r. que marcaba el taxímetro y subí a la kbap.10.
Después de repiquetear el timbre, sonó el vigoroso ladrido de un perro y apareció una Kpacular gebywka, a la cual preguntó por Borogr, obteniendo una respuesta afirmativa.
Y he aquí que salió Borogr, al que abracé efusivamente y a continuación la maestra Tamara (aaaahhhhhh ... menos mal canijillo, maestra...), a la cual saludé con mucha alegría; después charlamos amigablemente acerca de la familia, Tamara me presentó a sus dos hijas y a su mamá, una simpática mujer típicamente rusa, la cual dijo refiriéndose al encuentro: "Anoche soñé con flores, y ahora tiene mi hija un huésped". Después brindamos con vodka y comimos queso y salchichón; quedó Tamara de ayudarme durante mi estancia aquí, y me invitó a pasar el cumpleaños de su mamá, con ellos (mañana).
Así mismo Borogr me dijo que están viendo la posibilidad de que platique con algunos técnicos petroleros rusos.
En fin, después de una velada agradabilísima, me fueron a acompañar al mporrexxx,a las 0:10grs, t cib -4°C.
Llegué al hotel feliz, y dormí por primera vez, como lirón.
Hoy en la mañana me levanté a las 9:30hrs y bajé inmediatamente a desayunar, pero hete aquí que de pronto entra una gabywka, y al no haber mesa desocupada, me pide permiso de sentarse a la mía, el cual obtuvo de inmediato; claro está que yo le empecé a hablar en ruso, haciéndonos rápidamente buenos amigos. Me enteré de que estudia el 3er. año de medicina en Kyudxxx, me platicó también que pensaba visitar hoy el mausoleo de Lenin, para lo cual, inmediatamente me ofrecí a acompañarla; fuimos y después de hacer una larguísima cola, respetuosamente como todos y guardando silencio, llegamos a la entrada del mausoleo, ateridos, pues soplaba un viento helado como pocos. En este punto, nada más se escuchaba el ruido de la concurrencia al sorber el moco, que pese a todos los esfuerzos pugnaba por salir; pero después ni ésto; en un absoluto silencio y con gran respeto, recorrimos el mausoleo, pudiendo admirar todavía en lo que queda del pequeño cuerpo de Lenin, la grandeza de su carácter y el indudable magnetismo que aún ejerce sobre las masas.
Yo, como buen mexicano, infringí los reglamentos y en vez de dejar la cámara antes de entrar a la Kpqxxx xx., me la escondí entre las piernas. Afortunadamente no me descubrieron.
De allí nos dirigimos Galia y yo al Zyn, en donde hizo ella algunas pequeñas compras; después seguimos paseando y fuimos a la Zopkozo Yi. a curiosear en los magazines. De allí regresamos a la Clepxxx xx. en trolebús y comimos en el restorán del hotel; después subimos a mi habitación, en donde pasamos una tarde muy agradable charlando y cantando. (ajá, sí... cómo no...)
Ya en la nochecilla salimos nuevamente, ahora bajo una escarcha de miedo, y nos dirigimos a un sin número de magazines, en los cuáles ella compró muchas cosas y ya es de imaginarse quién hacía la cola y quién cargaba los paquetes.
Pero esta experiencia ha sido interesantísima, pues me dí cuenta de la secuelaque se sigue:
1o. Se indaga si hay el artículo
2o. Se pagan todos los artículos en una caja, recibiéndose una tira de "talones" o boletos, con los cuales se obtienen los productos; y en cada una de estas partes, se "hace cola", pero no por que (no se encuentren) haya escasez de artículos, sino porque hay muchos compradores y todos ellos amantes del órden, pues saben que si hacen cola, se facilitan las cosas. Por fin Galia tomó un taxi y yo pude regresar al hotel, en donde cené y me encuentro terminando de escribir los apuntes de este día.
Sólo me resta decir, por hoy, que si vuelvo a salir con Galia, conoceré TODOS los magazines de Moscú.
¡Ah! Durante nuestros correríos, Galia y yo comimos unos deliciosos dyxxxx.
Por la tarde de ayer fui a buscar a una de las amigas del Lic. Ponce: NuXXX XXXXXX, la cual no estuvo; pero eso no fue lo más sobresaliente; ésto fue que como hasta ese entonces caminaba siempre a pie, me sucedió lo que sigue: (creo que aquí cantinfleaste de lo lindo)
Salí del hotel, aburrido como hasta entonces, me dirigí a un kiosco de periódicos y le pregunté al dependiente por la calle CoXXX, a lo que me contestó que no estaba demasiado lejos, dándome a continuación las señas. Resueltamente emprendí la marcha, llevando conmigo el disco para dárselo a HUXX. Pero como Moscú no es una ciudad trazada funcionalmente, sino que, como toda ciudad antigua, tiene muchos vericuetos, llegué por fin a la CoXXX yx después de dar un largo rodeo y preguntar a otras dos transeúntes. Ya en la policlínica habllé con un viejo y desdentado portero, al cual, por su condición, no le comprendí gran cosa, solamente que no conocía a Kxxx; por lo tanto emprendí el regreso, nada más que se me ocurrió cortar camino, pues había yo rodeado antes casi hasta la Universidad DlopeX Hayku.
Y he aquí lo curioso, pues de regreso de pronto me encontré al frente con la dichosa universidad; rectifiqué el rumbo infinidad de veces, sin resultado, y no quería preguntar porque yo sabía que estaba muy cerca de la Cbxxx ne., hasta que después de aproximadamente 40 mins. de sufrimiento me di cuenta de que le había estado dando la vuelta a una manzana; entonces, serena y cansadamente me paré en una esquina, hice acopio de orientación y memoria, hasta que recordé el rumbo por el cual se va a la Cbepgeoba Ne., la cual efectivamente está a unos pasos del lugar en que me encontraba.
Como es de imaginarse, llegué cansadísimo y con pésimo humor al hotel, donde apenas llegando me recosté. Desperté al cabo de un par de horas, y no hallando en qué ocuparme, me decidí a buscar a Tamara.
Salí, tomé un taxi y al hablar con el chofer, empecé a reconciliarme con el pueblo ruso.
El chofer no sabía exactamente donde se halla la calle donde viven los CuXXX (?), por lo tanto, a cuanto fulano veía en la calle, le gritaba bajándose del auto: ¡CkaXXXXX XXX, XXX XXX... etc! (ruso).
Así es que después de muchas vicisitudes llegamos a una casa de apartamientos; le paqué los 2 r. que marcaba el taxímetro y subí a la kbap.10.
Después de repiquetear el timbre, sonó el vigoroso ladrido de un perro y apareció una Kpacular gebywka, a la cual preguntó por Borogr, obteniendo una respuesta afirmativa.
Y he aquí que salió Borogr, al que abracé efusivamente y a continuación la maestra Tamara (aaaahhhhhh ... menos mal canijillo, maestra...), a la cual saludé con mucha alegría; después charlamos amigablemente acerca de la familia, Tamara me presentó a sus dos hijas y a su mamá, una simpática mujer típicamente rusa, la cual dijo refiriéndose al encuentro: "Anoche soñé con flores, y ahora tiene mi hija un huésped". Después brindamos con vodka y comimos queso y salchichón; quedó Tamara de ayudarme durante mi estancia aquí, y me invitó a pasar el cumpleaños de su mamá, con ellos (mañana).
Así mismo Borogr me dijo que están viendo la posibilidad de que platique con algunos técnicos petroleros rusos.
En fin, después de una velada agradabilísima, me fueron a acompañar al mporrexxx,a las 0:10grs, t cib -4°C.
Llegué al hotel feliz, y dormí por primera vez, como lirón.
Hoy en la mañana me levanté a las 9:30hrs y bajé inmediatamente a desayunar, pero hete aquí que de pronto entra una gabywka, y al no haber mesa desocupada, me pide permiso de sentarse a la mía, el cual obtuvo de inmediato; claro está que yo le empecé a hablar en ruso, haciéndonos rápidamente buenos amigos. Me enteré de que estudia el 3er. año de medicina en Kyudxxx, me platicó también que pensaba visitar hoy el mausoleo de Lenin, para lo cual, inmediatamente me ofrecí a acompañarla; fuimos y después de hacer una larguísima cola, respetuosamente como todos y guardando silencio, llegamos a la entrada del mausoleo, ateridos, pues soplaba un viento helado como pocos. En este punto, nada más se escuchaba el ruido de la concurrencia al sorber el moco, que pese a todos los esfuerzos pugnaba por salir; pero después ni ésto; en un absoluto silencio y con gran respeto, recorrimos el mausoleo, pudiendo admirar todavía en lo que queda del pequeño cuerpo de Lenin, la grandeza de su carácter y el indudable magnetismo que aún ejerce sobre las masas.
Yo, como buen mexicano, infringí los reglamentos y en vez de dejar la cámara antes de entrar a la Kpqxxx xx., me la escondí entre las piernas. Afortunadamente no me descubrieron.
De allí nos dirigimos Galia y yo al Zyn, en donde hizo ella algunas pequeñas compras; después seguimos paseando y fuimos a la Zopkozo Yi. a curiosear en los magazines. De allí regresamos a la Clepxxx xx. en trolebús y comimos en el restorán del hotel; después subimos a mi habitación, en donde pasamos una tarde muy agradable charlando y cantando. (ajá, sí... cómo no...)
Ya en la nochecilla salimos nuevamente, ahora bajo una escarcha de miedo, y nos dirigimos a un sin número de magazines, en los cuáles ella compró muchas cosas y ya es de imaginarse quién hacía la cola y quién cargaba los paquetes.
Pero esta experiencia ha sido interesantísima, pues me dí cuenta de la secuelaque se sigue:
1o. Se indaga si hay el artículo
2o. Se pagan todos los artículos en una caja, recibiéndose una tira de "talones" o boletos, con los cuales se obtienen los productos; y en cada una de estas partes, se "hace cola", pero no por que (no se encuentren) haya escasez de artículos, sino porque hay muchos compradores y todos ellos amantes del órden, pues saben que si hacen cola, se facilitan las cosas. Por fin Galia tomó un taxi y yo pude regresar al hotel, en donde cené y me encuentro terminando de escribir los apuntes de este día.
Sólo me resta decir, por hoy, que si vuelvo a salir con Galia, conoceré TODOS los magazines de Moscú.
¡Ah! Durante nuestros correríos, Galia y yo comimos unos deliciosos dyxxxx.
02 abril, 2008
17 de marzo de 1964
Me levanté muy temprano, mas o menos a las 5.30 hrs., me puse a cavilar, a arreglar el rollo de la cámara, a escribir una carta y a rasurarme. Por fin salí, con un hambre terrible; dí una vuelta por la XXXX XXXX y regresé al hotel, en donde como pude pues por tratar de hablar ruso ya el poco francés y el poco inglés que sabía yo, se me olvidaron, dí a entender que tenía mucha hambre, por lo que me dieron un boleto para el desayuno, después del cual fui a cambiar 30 dls por rublos, dándome 25r. 90 k.
Después me dieron un block por las comidas de los 20 días, puse la carta y llamé por teléfono a Tamara (quién diablos es Tamara?????), sin resultado, dado lo cual, fui a pié hasta allá, encontrándome con un tal Dyzamkur, quien se dijo amigo de Tamara y del Lic. Campos Ponce y además me prometió que "si veía a Tamara, le avisaba".
Me salí y a pie fui a la Kpxxx xxx y al zyxx, en donde compré un gorro en 12 rublos.
En el ZyX me estuve un buen rato observando, de lo que deduje que:
A esta gente, le dan algo así como cupones, ya que (sobre todo las mujeres) forman largas colas con un papelito en la mano. Los artículos que más demanda tienen son los de cristalería, pero algo exagerado; los sombreros, se venden como pan; las bolsas de polivinilo!
Todo está carísimo; una gabardina como la mía cuesta 165 rublos, unos zapatos apenas aceptables, alrededor de 16 rublos.
Los rusos son muy curiosos, cuando alguien compra algo, hasta se pelean por ver el artículo y comentar el precio; lo que es indiscutible es que hay un sinfín de muchachas hermosas; pero todas caminan muy rápido (¿será por el frío? a las 11:30hrs -2°C).
Después me dieron un block por las comidas de los 20 días, puse la carta y llamé por teléfono a Tamara (quién diablos es Tamara?????), sin resultado, dado lo cual, fui a pié hasta allá, encontrándome con un tal Dyzamkur, quien se dijo amigo de Tamara y del Lic. Campos Ponce y además me prometió que "si veía a Tamara, le avisaba".
Me salí y a pie fui a la Kpxxx xxx y al zyxx, en donde compré un gorro en 12 rublos.
En el ZyX me estuve un buen rato observando, de lo que deduje que:
A esta gente, le dan algo así como cupones, ya que (sobre todo las mujeres) forman largas colas con un papelito en la mano. Los artículos que más demanda tienen son los de cristalería, pero algo exagerado; los sombreros, se venden como pan; las bolsas de polivinilo!
Todo está carísimo; una gabardina como la mía cuesta 165 rublos, unos zapatos apenas aceptables, alrededor de 16 rublos.
Los rusos son muy curiosos, cuando alguien compra algo, hasta se pelean por ver el artículo y comentar el precio; lo que es indiscutible es que hay un sinfín de muchachas hermosas; pero todas caminan muy rápido (¿será por el frío? a las 11:30hrs -2°C).
01 abril, 2008
16 de marzo de 1964
A las 19:30 hrs (tiempo de Moscú), aterrizó nuestro avión en el aeropuerto internacional. La temperatura es bastante baja, aunque no sé con exactitud; ya hay poca nieve.
La ciudad, de noche y desde el aire, no presenta el aspecto multicolor que otras grandes ciudades.
El aeropuerto, según puedo obervar, es muy grande, y se encuentra a 30 km de la ciudad.
Inmediatamente después de haberse detenido el avión se subieron a bordo dos soviéticos, una mujer y un elegante uniformado, quien nos exigió que entregáramos los pasaportes, después de sentarnos.
Al descender del avión nos encontramos con más de esos uniformados y una mujer nos guió a un camión, en el cual fuimos desde la pista hasta la aduana.
Bueno, pues aquí me llevé la peor impresión que es posible imaginar, no por lo haber "formas" en español, puesto que una empleada de "Intourist" me ayudó a llenar una en inglés, sino por el modo altanero en que la agente aduanal me interrogó minuciosísimamente, contando además uno por uno mis cheques de viajero, mis dólares e inclusive mi anillo de la escuela y el de Campos Ponce; pero eso no fue todo, sino que me esculcó mi maleta y mi maletín, tentaleando cosa por cosa, ¡hasta la pasta dentrífica! Me puso muchas dificultades para dejarme pasar el disco del Lic. Campos...
Al fin salí de la aduana; otro empleado de la agencia me subió a un taxi y me acompañó parte del recorrido desde el aeropuerto hasta el hotel "XXXXXX", que se encuentra en la plaza XXXXXXXX; un hotel con la habitación (y su baño) que me tocó al estilo antiguo.
Después me salí a pasear un rato por la plaza XXXXXXXX", pero apremiado por el frío me regresé al hotel (después de ver en el programa del Gran Teatro, que pasan Borís mañana, a ver si consigo boleto).
Pero con todo ésto la mala impresión persiste; voy a ver si disminuye con un baño y un sueño reparador.
*Cuando encuentre la fuente rusa, podré poner aquí los nombres que sustituirán las X
La ciudad, de noche y desde el aire, no presenta el aspecto multicolor que otras grandes ciudades.
El aeropuerto, según puedo obervar, es muy grande, y se encuentra a 30 km de la ciudad.
Inmediatamente después de haberse detenido el avión se subieron a bordo dos soviéticos, una mujer y un elegante uniformado, quien nos exigió que entregáramos los pasaportes, después de sentarnos.
Al descender del avión nos encontramos con más de esos uniformados y una mujer nos guió a un camión, en el cual fuimos desde la pista hasta la aduana.
Bueno, pues aquí me llevé la peor impresión que es posible imaginar, no por lo haber "formas" en español, puesto que una empleada de "Intourist" me ayudó a llenar una en inglés, sino por el modo altanero en que la agente aduanal me interrogó minuciosísimamente, contando además uno por uno mis cheques de viajero, mis dólares e inclusive mi anillo de la escuela y el de Campos Ponce; pero eso no fue todo, sino que me esculcó mi maleta y mi maletín, tentaleando cosa por cosa, ¡hasta la pasta dentrífica! Me puso muchas dificultades para dejarme pasar el disco del Lic. Campos...
Al fin salí de la aduana; otro empleado de la agencia me subió a un taxi y me acompañó parte del recorrido desde el aeropuerto hasta el hotel "XXXXXX", que se encuentra en la plaza XXXXXXXX; un hotel con la habitación (y su baño) que me tocó al estilo antiguo.
Después me salí a pasear un rato por la plaza XXXXXXXX", pero apremiado por el frío me regresé al hotel (después de ver en el programa del Gran Teatro, que pasan Borís mañana, a ver si consigo boleto).
Pero con todo ésto la mala impresión persiste; voy a ver si disminuye con un baño y un sueño reparador.
*Cuando encuentre la fuente rusa, podré poner aquí los nombres que sustituirán las X
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