03 abril, 2008

18 de marzo de 1964

Escribo hasta ahora (son las 22:22 hrs), por el cúmulo de nuevas emociones que he tenido.

Por la tarde de ayer fui a buscar a una de las amigas del Lic. Ponce: NuXXX XXXXXX, la cual no estuvo; pero eso no fue lo más sobresaliente; ésto fue que como hasta ese entonces caminaba siempre a pie, me sucedió lo que sigue: (creo que aquí cantinfleaste de lo lindo)

Salí del hotel, aburrido como hasta entonces, me dirigí a un kiosco de periódicos y le pregunté al dependiente por la calle CoXXX, a lo que me contestó que no estaba demasiado lejos, dándome a continuación las señas. Resueltamente emprendí la marcha, llevando conmigo el disco para dárselo a HUXX. Pero como Moscú no es una ciudad trazada funcionalmente, sino que, como toda ciudad antigua, tiene muchos vericuetos, llegué por fin a la CoXXX yx después de dar un largo rodeo y preguntar a otras dos transeúntes. Ya en la policlínica habllé con un viejo y desdentado portero, al cual, por su condición, no le comprendí gran cosa, solamente que no conocía a Kxxx; por lo tanto emprendí el regreso, nada más que se me ocurrió cortar camino, pues había yo rodeado antes casi hasta la Universidad DlopeX Hayku.

Y he aquí lo curioso, pues de regreso de pronto me encontré al frente con la dichosa universidad; rectifiqué el rumbo infinidad de veces, sin resultado, y no quería preguntar porque yo sabía que estaba muy cerca de la Cbxxx ne., hasta que después de aproximadamente 40 mins. de sufrimiento me di cuenta de que le había estado dando la vuelta a una manzana; entonces, serena y cansadamente me paré en una esquina, hice acopio de orientación y memoria, hasta que recordé el rumbo por el cual se va a la Cbepgeoba Ne., la cual efectivamente está a unos pasos del lugar en que me encontraba.

Como es de imaginarse, llegué cansadísimo y con pésimo humor al hotel, donde apenas llegando me recosté. Desperté al cabo de un par de horas, y no hallando en qué ocuparme, me decidí a buscar a Tamara.

Salí, tomé un taxi y al hablar con el chofer, empecé a reconciliarme con el pueblo ruso.

El chofer no sabía exactamente donde se halla la calle donde viven los CuXXX (?), por lo tanto, a cuanto fulano veía en la calle, le gritaba bajándose del auto: ¡CkaXXXXX XXX, XXX XXX... etc! (ruso).

Así es que después de muchas vicisitudes llegamos a una casa de apartamientos; le paqué los 2 r. que marcaba el taxímetro y subí a la kbap.10.

Después de repiquetear el timbre, sonó el vigoroso ladrido de un perro y apareció una Kpacular gebywka, a la cual preguntó por Borogr, obteniendo una respuesta afirmativa.

Y he aquí que salió Borogr, al que abracé efusivamente y a continuación la maestra Tamara (aaaahhhhhh ... menos mal canijillo, maestra...), a la cual saludé con mucha alegría; después charlamos amigablemente acerca de la familia, Tamara me presentó a sus dos hijas y a su mamá, una simpática mujer típicamente rusa, la cual dijo refiriéndose al encuentro: "Anoche soñé con flores, y ahora tiene mi hija un huésped". Después brindamos con vodka y comimos queso y salchichón; quedó Tamara de ayudarme durante mi estancia aquí, y me invitó a pasar el cumpleaños de su mamá, con ellos (mañana).

Así mismo Borogr me dijo que están viendo la posibilidad de que platique con algunos técnicos petroleros rusos.

En fin, después de una velada agradabilísima, me fueron a acompañar al mporrexxx,a las 0:10grs, t cib -4°C.

Llegué al hotel feliz, y dormí por primera vez, como lirón.

Hoy en la mañana me levanté a las 9:30hrs y bajé inmediatamente a desayunar, pero hete aquí que de pronto entra una gabywka, y al no haber mesa desocupada, me pide permiso de sentarse a la mía, el cual obtuvo de inmediato; claro está que yo le empecé a hablar en ruso, haciéndonos rápidamente buenos amigos. Me enteré de que estudia el 3er. año de medicina en Kyudxxx, me platicó también que pensaba visitar hoy el mausoleo de Lenin, para lo cual, inmediatamente me ofrecí a acompañarla; fuimos y después de hacer una larguísima cola, respetuosamente como todos y guardando silencio, llegamos a la entrada del mausoleo, ateridos, pues soplaba un viento helado como pocos. En este punto, nada más se escuchaba el ruido de la concurrencia al sorber el moco, que pese a todos los esfuerzos pugnaba por salir; pero después ni ésto; en un absoluto silencio y con gran respeto, recorrimos el mausoleo, pudiendo admirar todavía en lo que queda del pequeño cuerpo de Lenin, la grandeza de su carácter y el indudable magnetismo que aún ejerce sobre las masas.

Yo, como buen mexicano, infringí los reglamentos y en vez de dejar la cámara antes de entrar a la Kpqxxx xx., me la escondí entre las piernas. Afortunadamente no me descubrieron.

De allí nos dirigimos Galia y yo al Zyn, en donde hizo ella algunas pequeñas compras; después seguimos paseando y fuimos a la Zopkozo Yi. a curiosear en los magazines. De allí regresamos a la Clepxxx xx. en trolebús y comimos en el restorán del hotel; después subimos a mi habitación, en donde pasamos una tarde muy agradable charlando y cantando. (ajá, sí... cómo no...)

Ya en la nochecilla salimos nuevamente, ahora bajo una escarcha de miedo, y nos dirigimos a un sin número de magazines, en los cuáles ella compró muchas cosas y ya es de imaginarse quién hacía la cola y quién cargaba los paquetes.

Pero esta experiencia ha sido interesantísima, pues me dí cuenta de la secuelaque se sigue:

1o. Se indaga si hay el artículo

2o. Se pagan todos los artículos en una caja, recibiéndose una tira de "talones" o boletos, con los cuales se obtienen los productos; y en cada una de estas partes, se "hace cola", pero no por que (no se encuentren) haya escasez de artículos, sino porque hay muchos compradores y todos ellos amantes del órden, pues saben que si hacen cola, se facilitan las cosas. Por fin Galia tomó un taxi y yo pude regresar al hotel, en donde cené y me encuentro terminando de escribir los apuntes de este día.

Sólo me resta decir, por hoy, que si vuelvo a salir con Galia, conoceré TODOS los magazines de Moscú.

¡Ah! Durante nuestros correríos, Galia y yo comimos unos deliciosos dyxxxx.

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